EL OTRO CAMINO

Hay un camino que se hace caminando, levantándose a las 6:00 de la mañana y caminando, ni más ni menos, mucho. Caminando mucho. Pero quiero hablaros hoy de otro camino; un camino que no se hace caminando, sino en furgoneta. Comienza no a las 6:00 de la mañana, sino un poco antes para montar el fogón y las mesas para calentar la leche del desayuno; luego, cuando los peregrinos van desfilando a su camino, les va repartiendo una pieza de fruta para media mañana. Ya se han ido los peregrinos; ahora le toca recoger la furgoneta, todo lo necesario para la cena de anoche y el desayuno de hoy, terminar de limpiar y recoger el polideportivo donde hemos dormido, cargar agua en el deposito  de la furgoneta y salir para el pueblo siguiente a comprar al supermercado la comida y la cena; siempre hay algún encargo: buscar la tienda, aparcar, comprar, y deprisa, que hay que ir al ayuntamiento hablar con la concejala de turno para que nos dejen hacer la comida enfrente del polideportivo, y todas las gestiones que se nos puedan ocurrir, y llegar corriendo, volver a montar fogones y hacer la comida, y  después de dar de comer a todos con una sonrisa, insistiendo para que repitan y para que no se queden con hambre, recoger todo para luego pronto empezar a montar la cena, y a la reunión de planificación para el día siguiente...

Es una camino muy distinto: es el camino del servicio y de la entrega, un camino a veces duro, muchas veces no reconocido suficientemente. Siempre pude haber quien piense: "pero él no va andando". Y es verdad, pero tiene un camino mucho más fuerte: el camino del corazón.           
MUCHAS GRACIAS RAFA.